sábado, 14 de febrero de 2009

Compromiso


Vivimos en la sociedad del compromiso. Aunque parezca una idea anticuada, las personas que somos de "bien", unas veces por gusto, otras por obligación, nos vemos abocadas a comprometernos. La gente que sientes cercana, parece que queda más a gusto, si conoce de tu compromiso, y sobre todo, es quien logra comprometerte, quien respira profundo y piensa que ha logrado un gran triunfo. Yo por mi parte, intento conservar mi libertad, aunque cada vez más, me van recortando lo que considero mi espacio vital. Parece que hay personas que se cansaron de ser libres, y se comprometen a todo. Dejan de actuar por su cuenta, para depender de otros para absolutamente todo. Y se sienten bien. Delegan su vida, a su compromiso. Pienso que no son conscientes de lo que hacen, bien porque son muy limitados, bien porque nunca han valorado la libertad, o bien por las dos cosas a la vez.

Hacer lo justito, para justificarse ante los demás, pasa a ser, la única preocupación de algunos comprometidos, y otorgan responsabilidades por cosas que realmente tendrían que recaer sobre ellos. Hablo en este caso, de los comprometidos con la mentira, el aparenteo y la falsedad.

Propongo una cosa: Comprometamonos todos a ser felices y a hacer feliz a la persona que tienes junto a ti. No miremos el futuro. No pensemos a largo plazo. Tan sólo comprometámonos a hacer la vida más fácil y más bonita a quien sabemos que piensa, habla y vive por uno.

Es una de las formulas de la felicidad.

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