lunes, 8 de marzo de 2010

Amebas


Dice el diccionario de la Real Academia de la lengua que una ameba es un protozoo rizópodo cuyo cuerpo carece de cutícula y emite seudópodos incapaces de anastomosarse entre sí. Continua diciendo la Real Académia, que se conocen numerosas especies, de las que unas son parásitas de animales, otras viven en las aguas dulces o marinas y algunas en tierra húmeda. Quiero decir que estoy deacuerdo con la Real Académia, pero, digamos que hoy quiero actualizar y mejorar la definición. Yo añadiría que además de ser un protozoo rizópodo, es una persona (humana), carente de toda ambición, que a parte de ser incapaz de anastomosarse entre sí, es incapaz de relaccionarse normalmente con las demás personas (humanas), que su existencia se debe a que en este mundo, tiene que haber de todo, y por supuesto amebas con forma humana, también.


Es un producto evolutivo de dificil definición. Porque parece increible que el género humano, sea capaz de evolucionar hacia estados tan insulsos, tan absurdos y tan limitados. Porque la ameba humana, no sólo puede vivir en las aguas dulces o marinas, o en tierra húmeda, como bien define la Real Académia, la ameba humana dentro de su inutilidad, es capaz de adaptarse a las situaciones más diversas, eso si, sin aportar nada más que no sea, el simple consumo de oxigeno. Destacan por su habitual falta de empuje, iniciativa y carisma, dentro del circulo en el que habitualmente se mueven. Dan la mano "fofa", les cuesta dar los buenos días, son discretos en extremo, silenciosos y siempre te sorprenden, por su forma digamos..."diferente" de ver la realidad. Meticulosos hasta lo enfermizo, son los perfectos funcionarios. Carentes de cualquier ambición, son plomizos, repetitivos y fantasiosos. Viven en un continuo flash-back, asegurando que cualquier tiempo pasado fue mejor.




Desde aquí, quisiera lanzar una llamada de auxilio. Quisiera que alguien me ayudase. Quisiera saber, donde encontrar el antidoto. Un antidoto que hiciese que no me consuma la sangre, cada vez que oigo una vez más, una fantasía de ameba, cada vez que doy los buenos dias y me responde con un "seudópodo incapaz de anostomosarse" con mi oido, cada vez que los de mi especie nos comunicamos, no tengamos que oir la opinión experta del extraterrestre, sentando cátedra. ¿Tendrá que venir la Princesa del cuento, a dar un beso a la ameba, para que se convierta en Principe?.


Ohh...no..por favor... tenerlo de Principe, sería peor......



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