lunes, 5 de octubre de 2009

Catalanes




Hace unos dias, me contaron que un catalán dijo que el principal problema de los asturianos, no es que haya muchos que sean subnormales, el principal problema es que hay otros muchos, que aún siéndolo, no se les nota. Lo más grave del tema, es que esta lumbrera pueda que tenga razón. Ahora bien, lo que no sabe este personaje, es que el problema que tienen muchos iluminados de este calibre, es que a pesar de que todo el mundo sabe que es un cretino de raza, nadie se lo puede decir a la cara. Es la ventaja que tiene ser el hijo del máximo accionista. Yo siempre quise ser el hijo del máximo accionista. Es más, si me diesen la lámpara de Aladino, el primer deseo que pediria es que mi padre, fuese el máximo accionista. Da lo mismo de lo que sea, de un banco, de una fábrica de huevos, de una de fajas para gordas, o de un burdel de carretera. La cuestión es apalancarse en un cargo heredado, por muy vago, inútil, despota, cobarde o iluminado que sea. Son como principes a escala. Sólo por nacer ahí, tienen la vida resuelta, dinero, mujeres, y un séquito de pelotas, pegandose dia a dia por arrodillarse delante de él, para demostrarle sus habilidades con la lengua, incluso llegando hasta el final recitando los estatutos de la empresa, haciendo gorgoritos con los restos de la blanquecina sustancia. Bufff...¡¡¡que pereza Dios mío.¡¡¡¡¡. Señores principitos, alguien les tenia que decir que si están donde están, es porque ese pequeño ejercito, esas personas que desprecian, les mantienen en su posición. Son sus empleados, los que todos los dias hacen que sus empresas funcionen. A esos que ni se molestan en conocer, ni sus circunstancias, ni sus inquietudes. Y no me vengan con que arriesgan el capital. El capital lo arriesga quien lo hizo crecer, en todo caso sus padres, con vosotros deberían hacer un estudio genético. Viendo a alguno, uno se pregunta que si fue él el espermatozoide más listo, ¿como sería el más tonto?. Desde luego, mejor no comprobarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario