domingo, 28 de diciembre de 2008

La justicia

Algo funciona mal en todo el sistema judicial español. Y me explico. Si mi vecina ha llegado a ser Juez, es que el sistema hace aguas por todas partes. Estamos hablando de una persona marcada por su infancia. Una niña de esas que por desgracia existen. Carente de toda gracia, sin habilidades, sin chispa, amargada por una madre retrograda, y un padre analfabeto, o viceversa. Si para ser juez en este santo país, tan sólo hay que aprobar un proceso de selección, en el que no se detecta esa falta de iniciativa, esa falta de lo más esencial para poder juzgar y administrar justicia, repito, es que nuestro sistema hace aguas por todas partes. Quizás por esto mismo, está pasando lo que nos está tocando vivir. Cada vez más, las decisiones judiciales son más incomprensibles, y cada vez que sale una noticia de polémica judicial, me acuerdo de mi vecina, la juez a la que su madre la deshacía las camas, porque decía que no las hacía todo lo bien que requería esta labor tan importante. Y lo digo porque conozco el caso demasiado de cerca, es una persona carente de sentido común. No dudo que el temario y las leyes se las haya aprendido de memoria, y el examen lo haya aprobado, pero...para ser juez hace falta mucho más. Y ese mucho más no es otra cosa que el sentido común.

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